Las Drogas y sus Efectos
La utilización de drogas se ha vuelto cada vez más común y por lo tanto los problemas implicados son más graves y de mayor envergadura.
Generalmente, la población más propensa al uso indiscriminado de drogas es la juventud y nuestras sociedades se han dedicado a recriminarlos sin darse cuenta que parte de la solución es la educación de la que carecen.
Conscientes de este problema hemos decidido abordar este tema y explicar claramente cada droga y sus efectos para que así tengan la información necesaria y sepan exactamente en qué consiste el problema de las drogas.
Sin duda una de las drogas ilegales más conocidas es la marihuana y de este mismo tipo es el hachis. Son drogas alucinógenas, pero leves aunque no inofensivas. Particularmente, la marihuana es una mezcla verde o gris de hojas o flores secas cortadas en trocitos de la plantaCannabis sativa y también se conoce como "hierba", "monte", "joint", "pot", "mota", etc. Ambas, la marihuana y el hachís se fuman en forma de cigarro o en pipa y por ello sus efectos más comunes son complicaciones respiratorias.
Su acción es depresora y su uso constante puede producir más que todo adicción psicológica. Entre sus efectos se cuentan la reducción de la capacidad de coordinación y concentración, el aumento desmesurado del apetito , el síndrome amotivacional o aislamiento, la memoria puede verse afectada, y pueden presentarse dificultades en los procesos de aprendizaje, mal genio y nerviosidad. Además, la bronquitis crónica, el enfisema pulmonar y el cáncer de pulmón pueden ser eventuales consecuencias de su utilización. Si su consumo es prolongado, los hombres pueden disminuir el conteo de espermatozoides y su movilidad.
Por su parte, la cocaína se deriva del arbusto de la coca y se clasifica dentro de las drogas ilegales estimulantes. Puede ser inhalada, fumada o inyectada directamente en la vena. El crack o "piedra" es clorhidrato de cocaína, un derivado químico de la cocaína y se fuma. Estas drogas producen un nivel de adicción muy alto, especialmente el crack.
Su consumo provoca cambios drásticos en el comportamiento cerebral, pues rápidamente llega al cerebro. La personalidad del consumidor es afectada, puede presentarse paranoia, psicosis y alucinaciones. Al ser inyectada crece la posibilidad de que surjan infecciones y el peligro de trombosis. Aparentemente, el fumar el crack genera más adicción que cuando se inhala la cocaína. Como son inyectables, los usuarios están expuestos a contraer el virus HIV o SIDA si comparten las jeringas o el equipo de inyección.
Otras drogas inhalables como el cemento o pegamento, la gasolina, el thiner, por mencionar algunas, son sustancias generalmente volátiles que se aspiran por la nariz y su procedencia es química. Su fácil obtención y bajo costo permiten una mayor utilización, además su venta no es ilegal y se consiguen en establecimientos comerciales, ya que no están pensadas para ser ingeridas. Dentro de sus efectos se cuentan los mareos, las náuseas y la diarrea. Además, puede presentarse desorientación, incoordinación motora, ojos vidriosos, tos, flujo y sangrado nasal, taquicardia, o palpitaciones, dolores abdominales o de cabeza, problemas respiratorios, debilidad muscular, pérdida del olfato, conductas violentas y descontrol de esfínteres. Su uso puede provocar hepatitis, daño pulmonar, renal o cerebral permanentes.
Por otro lado, las anfetaminas pertenecen a las drogas estimulantes y se distribuyen en forma de pastillas o píldoras de diferentes colores, y se pueden ingerir o desmenuzar para inyectarlas o aspirarlas. Son adictivas y producen dependencia física y psicológica. Como estimulan el sistema nervioso y aumentan la presión sanguínea producen pasajeramente y de manera ficticia un aumento de confianza y autoestima.
Las anfetaminas inhiben la sensación de hambre y sueño, dilatan las pupilas, producen dolores de cabeza, pérdida de visión, mareos, sudores, sequedad en la boca y ansiedad. Por eso, es común que se utilicen con el objetivo de mejorar en una actividad, para estudiar o incluso para perder peso. El mayor peligro es que su uso se expone al organismo a un sobreesfuerzo y afecta las funciones básicas del cuerpo.
Algunos de los efectos más graves presentados -sobre todo con su uso prolongado y habitual o en grandes dosis- son temblores, pérdida de coordinación, daño en los riñones y otros tejidos internos, psicosis, manía persecutoria, desnutrición, fiebre alta o insuficiencia cardiaca. Después de que se ha disipado la estimulación o durante el doloroso síndrome de abstinencia se produce depresión severa, cansancio y letargia. Su uso es ilegal, excepto en algunos países donde la medican para situaciones de narcolepsia en dosis controladas.
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